viernes, 19 de junio de 2009

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TRIUNFALISMO OFICIAL Y AUMENTO DEL NÚMERO DE INFECTADOS
Gripe porcina en México:
realidades que se esconden
Por Daniela Parra desde DF

Sin ánimo de caer en versiones complotistas, quiero intentar dar un panorama sobre lo que ha acontecido en México en torno al tema de la gripe porcina o influenza A/H1N1, que esconde realidades y datos sobre los que se debe reflexionar.
Si bien se ha hablado mucho sobre la evidente existencia del virus y su propagación, poco se ha dicho sobre lo que hay detrás del fenómeno, sus orígenes, sus implicaciones económicas y políticas, además del tratamiento por parte de los medios de [des]información masiva en México y en el mundo.
Poco se habló de lo extraño que resultó el brote del virus de un día para otro y que acaparó todos los noticieros, anuncios y opiniones de los “expertos” en el tema, creando el pánico y el aislamiento entre la población. Y es que a pesar de haber existido casos confirmados de esta gripe porcina desde principios de abril, el brote no se hizo oficial hasta la semana siguiente de la visita oficial del presidente Obama a México a mediados de abril. El presidente mexicano, Felipe Calderón y Obama, tuvieron una intensa agenda en el que se plantearon acuerdos económicos y comerciales, además de refrendar la siempre condescendiente posición de México a los intereses de Estados Unidos, sobre todo después de haber obtenido un préstamo de 47 mil millones de dólares por parte del FMI para “casos de emergencia”.
Cuando de pronto nos encontramos en una “extrema situación de emergencia”, calles, escuelas, restaurantes y museos se quedaron vacíos, conciertos y partidos de futbol fueron cancelados. Ninguna reunión, ninguna posibilidad de que la gente se congregara para opinar sobre el tema. Ante una supuesta epidemia nacional, el presidente Calderón pedía a los mexicanos que se quedaran encerrados en sus casas con su familia en el puente vacacional del 1° al 5 de mayo. Y dentro de casa no había mucha opción que encender el televisor y retacarse de la enorme cantidad de “información” que emitían los medios.
Durante estos días, las televisoras se dedicaron a crear una cortina de humo para ocultar temas graves que ocurrían a la par. No se habló de crisis económica, de las tantas muertes ocurridas por la “guerra contra el narcotráfico”, o del retiro de la enseñanza de filosofía en las preparatorias públicas. No se habló sobre las 12 leyes que el Congreso de la Unión aprobó al vapor el 23 de abril en donde se permitió, entre otras cosas, que se dieran hasta 20 años de cárcel para quien atente contra la seguridad de funcionarios públicos y candidatos a cargos de elección popular, y que la Policía Federal tenga la facultad de intervenir llamadas telefónicas, correos electrónicos y sitios Web, además de ejecutar estrategias encubiertas de prevención en las calles, esto es, sin la necesidad de utilizar uniforme.
Todo esto tiene sentido en un país en donde, a partir de la presente administración, la criminalización y represión hacia los movimientos sociales ha ido en aumento. Son cada vez más los presos políticos en nuestro país y la persecución en contra de quienes defienden los derechos humanos, la tierra y los recursos naturales, es crítica. Es el caso de los pobladores de la región del valle de Perote, en los estados de Puebla y Veracruz, quienes han denunciado a la empresa transnacional Granjas Carroll que cría puercos de forma industrial y que está causando daños irreparables a la naturaleza y a los humanos. Es de hecho en esta zona donde se ubica el inicio de la influenza a principios de abril de este año y donde los líderes del movimiento en defensa de las comunidades son amenazados de muerte y perseguidos.
De lo que sí hablaron los grandes medios y las autoridades fue de las maravillosas estrategias creadas por el gobierno mexicano y de la increíble respuesta de la población de acatar las normas impuestas. Esta versión triunfalista contrasta fuertemente con las deficiencias que se encontraron en el sector salud, un sistema clasista y poco preparado para responder a las demandas de la población: entre 2005 y 2007, 15 mil mexicanos murieron por problemas respiratorios, por ejemplo. También develó la falta de apoyo a investigación y producción científica ya que seguimos esperando que sean científicos de otros países quienes creen las vacunas que necesitamos y seguir alimentando las millonarias ganancias de las empresas farmacéuticas multinacionales.
Ahora, el gobierno mexicano ha declarado controlada y casi desaparecida la epidemia de la influenza después de un brevísimo periodo, mientras que los casos siguen aumentando (ya son 109 muertes en México, las dos terceras partes de los decesos por gripe porcina en el mundo) y la OMS ha subido la alerta sanitaria al máximo. Pues, ¿qué no dijo el presidente Calderón que con las acciones realizadas México había “salvado a la humanidad de la propagación del virus”? Estas y muchas cuestiones habrá que reflexionar y compartir.

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