lunes, 29 de junio de 2009

Roberto Micheletti:
UN EX MILITAR ES EL GORILA DE TURNO EN HONDURAS

¿Quién es Roberto Micheletti?
Ramón Barreras Ferrán

A Roberto Micheletti, el autoproclamado nuevo presidente de esa nacióndespués del golpe de Estado ocurrido hoy domingo y que destituyóviolentamente a Manuel Zelaya, lo conocí en el hospital de la ciudadde El Progreso a principios del año 2000.
Ya era candidato a la presidencia de Honduras por el Partido Liberal ydueño de la Empresa Hondutel, de Telecomunicaciones. Dialogamosbrevemente sobre la presencia de los médicos cubanos en esa nacióncentroamericana. Confieso que le noté, a primera vista, un espírituprotagonista y su interés por aparecer en los medios de difusión. Nosentí sinceras sus palabras.
Desde el ascenso a la presidencia de Manuel Zelaya, Micheletti ha sidouno de los mayores críticos de la gestión gubernamental. Nada leparece bien al señor presidente del Congreso Nacional. Y lo manifiestaabiertamente, sin reparo alguno.
Es muy coincidente que hace poco más de un mes haya hechodeclaraciones –así aparece en la edición de El Heraldo correspondienteal 20 de mayo- responsabilizando “al Poder Ejecutivo de cualquieratentado en contra de su persona o de miembros de su familia”. Aseguróque era perseguido y amenazado de muerte. ¿Por quién?
El “juramentado nuevo presidente hondureño” siempre ha estado en unenredo diferente. En la edición del 29 de octubre del pasado año, eldiario La Prensa, el de mayor circulación en Honduras, daba cuenta delas denuncias hechas por el entonces vicepresidente de la República,Elvin Santos, de la existencia en su poder de grabaciones en las quese escucha al presidente del Congreso Nacional “ofreciendo dinero avarios funcionarios del Poder Judicial y del Tribunal SupremoElectoral para que no se le inscribiera en las elecciones internas delPartido Liberal”.
Como “Dios los cría y el Diablo los junta”, poco después de surenuncia a la vicepresidencia, Elvis y Micheletti se encontraron“amigablemente” en la ciudad de El Progreso y sostuvieron una reunióna puertas cerradas. De ese encuentro se hizo eco la prensa, confotografías incluidas. ¿De qué habrán hablado?
El 17 de abril de este año, La Prensa informaba también dedeclaraciones de ambos rechazando lo que consideraban “intento decontinuismo” del presidente Manuel Zelaya. Micheletti afirmótextualmente: “Si las Fuerzas Armadas se prestaran al continuismo,haré resistencia hasta que me lleven preso y para eso ya tengo listala pijama rallada”. Obvian los comentarios.
Poco después de la ilegal acción golpista, una blog en Internet reseñóuna entrevista concedida por él, en la que revelaba que había conocido“rumores sobre un golpe de Estado” y que le pidió un encuentro aZelaya y le informó al respecto. El presidente le aseguró que eranfalsos y entonces, el “preocupado” cabecilla del Congreso Nacional–donde ocupa asiento desde hace 27 años- se tranquilizó.
Son demasiadas coincidencias. Horas después del golpe era investidocomo nuevo presidente de Honduras, responsabilidad que nunca logró porla vía constitucional, o sea, en las votaciones populares ydemocráticas.
Ahora sumó las armas contra el pueblo de ese país para materializar sus sueños.
A buen entendedor, con pocas palabras bastan.

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